No se permitirán niños menores de 12 años
La obra tiene una suerte de dedicatoria o destino: para aquellos que me ayudaron a no morir, que sigue más vigente que nunca. Porque más allá de los escenarios superpuestos, simultáneos, sucesivos, que surgen detrás y delante, dentro y fuera de una mujer, escenarios en los que transcurren sucesos simples, maravillosos, aterradores o fascinantes, los agradecimientos pertenecen a donde no hay duda posible y todo es bello, bueno y verdadero.
Gracias, primero. Y luego el amor y la muerte: que de qué otra cosa puede hablar una obra de teatro. Lo que quizás pudiera tener de interesante Los ojos abiertos de ella, es que cada día me parece que trata de otra cosa diferente. Así que les invito, como si fuera a una fiesta, a que acepten bailar una pieza con los personajes. No habrá peligro, espero.